No es que yo sea muy chingón, lo único que pasa es que soy tampiqueño.
Tampico es la mamada.
sábado, septiembre 29, 2007
lunes, septiembre 24, 2007
PURAS MALAS NOTICIAS
- Recibí un correo electrónico desde Singapur, en él se desacredita de facto cualquier idea que tenga yo acerca de la promoción cultural.
- Falleció el hijo de un buen amigo. 23 años de edad, fue terrible ver el dolor de su familia en el funeral.
- Un amigo de la infancia mostró tuda su mezquindad en cuanto supo que tengo un proyecto que se contrapone al suyo, a partir de entonces sólo se ha dedicado a hablar pestes de mí y a desacreditarme con mis amistades y mis seres queridos. JA, lo bueno es que somos amigos.
- Se murió Marcel Marceau.
- Me andan cobrando dinero por todos lados
miércoles, septiembre 19, 2007
1968
A mediados de diciembre de 1968, mi padre y mi madre se dijeron al oído cosas como: "te amo", "soy tuyo", "soy tuya", etc. Por eso hoy, 19 de septiembre de 2007, yo estoy cumpliendo 38 años.
martes, septiembre 18, 2007
PEPITO "EL TERRESTRE"
Por Aurelio Regalado.
José Calderón Torres fue su nombre completo, y en Tampico todos lo conocieron con el sobrenombre de “Pepito El Terrestre”, con lo que la fantasía podía hacernos creer que, en contraparte, existió algún Pepito de origen divino.
José Calderón fue un personaje al que sólo le bastó ser y existir para formar parte de las leyendas más extraordinarias creadas por los tampiqueños. Fue un hombre único e irrepetible como cualquiera otro y, a la vez, su naturaleza física lo diferenció aún más del resto de los mortales. Sin embargo, en la fosa número 50 del lote uno, tramo uno, del Cementerio Municipal, una tumba pintada de azul, pero gris por abandonada, es la que resguarda sus restos. Pese a esto, Pepito vive aún en el inconsciente colectivo y su biografía continúa llenándose de anécdotas –reales o falsas, qué importa- que lo inmortalizan.
José Calderón Torres nació en el puerto, en la colonia Arenal, un día no precisado de 1915, si nos atenemos al dato publicado en los diarios de que contaba con 58 años al momento de su muerte. A la edad de siete años ingresó a la escuela primaria Gabino Barreda, aunque abandonó sus estudios antes de concluir el segundo grado sin que mediara una razón aparente. Hasta poco antes de cumplir los trece, fue un niño de estatura normal. Sin embargo, a los quince ya era un mocetón con el físico de un adulto, y su fuerza equivalía a la de dos hombres. Padecía de gigantismo, una extraña anomalía caracterizada por el exceso de crecimiento. Debido a la pobreza, transformó su enfermedad en cualidad y la explotó yéndose a trabajar a los muelles como cargador y así ayudar en los gastos de la familia. Tenía tres hermanos y amaba a su madre encarecidamente; a ella dedicaba sus afanes y sus más bellos pensamientos.
En su primera jornada como estibador impresionó a todos con su descomunal fuerza al cargar sobre su espalda cuatro sacos de azúcar recién llegado de Cuba, que juntos pesaban, poco más poco menos, 150 kilos. Tenía una voz suave y dulce que contrastaba con las dimensiones de su cuerpo. A la vez poseía un espíritu noble y se conmovía fácilmente ante la adversidad de sus semejantes, razón por la cual auxiliaba con gusto a los alijadores menos fuertes. Debido a esta actitud, tuvo muchos amigos, y fuero ellos quienes le empezaron a llamar “Pepito” en tono afectuoso y sin dobleces.
A sus dieciocho, Pepito rebasaba ya los dos metros de altura. No experimentó, como es de suponerse, los placeres de la adolescencia, lo que sin duda lo hizo infeliz. A medida que su cuerpo crecía, su espíritu parecía contraerse, de tal manera que dejaba la impresión de estar habitado totalmente por la tristeza. Por alguna razón, dejó su trabajo en los muelles e ingresó al Sindicato de Trabajadores Terrestres. Ahí, su labor consistía en subir la carga a los camiones, en virtud de su imposibilidad para entrar a las bodegas. En Tampico, las puertas y los muebles de todos los recintos no estaban diseñados para su estatura. Por ello, prefería recorrer a pié la distancia de su casa a su trabajo, antes que abordar con dificultad cualquier vehículo. En las salas de cine –suponemos- forzosamente veía de pie las películas o bien desde la primera fila. Seguramente se sintió extraño, como una especie de Gulliver tratando de estar en el país de Lilliput, y muy pocos entendieron que era humano y que le molestaba no ser tratado como tal. Para él, aquellos que lo veían como un mono de circo, merecían ser hijos del gato burlón de Cheshire.
José Calderón trabajó durante más de quince años en el Sindicato de Terrestres, período durante el cual se le conoció con el sobrenombre que llevaría más allá de su muerte: Pepito El Terrestre. En 1956, ya enfermo de la pleura y probablemente con más de una hernia enquistada en su cuerpo, abandonó su trabajo de cargador. Se dedicó entonces a vender billetes de lotería y a chacharear” como a él le gustaba decir. Para entonces, medía dos metros más veinte centímetros, y las dificultades para conseguir pantalones, camisas y zapatos de su medida hubieran sido insalvables de no ser porque su madre le confeccionaba la ropa, y un viejo zapatero de los mercados, le fabricaba alpargatas especiales para sus pies planos. Indudablemente, su presencia en las calles del puerto era un espectáculo para propios y extraños.
Los viejos ahora cuentan que alguna vez los policías intentaron detener a Pepito por deambular ebrio en el centro de la ciudad, y que cuando él imaginó el malestar que causaría a su madre se resistió. Los oficiales, al parecer, lo quisieron doblegar hasta hacerlo enfurecer y el gigante, fuera de control, se deshizo de ellos y levantó la patrulla por un costado hasta volcarla. Tiempo después, en entrevista que concedió a un periodista de México (quien lo acompaña en la fotografía), Pepito aseguró que esas eran invenciones de la gente.
De lo que no hay duda, es que en toda América Latina no existía entonces ningún se humano que alcanzara su estatura. Por ello, se sabe que un extranjero lo quiso llevar a jugar basquetbol a Estado Unidos y que varios propietarios de circo le ofrecieron empleo. No aceptó ninguno de tales ofrecimientos, aunque sí accedió a las peticiones de un empresario de Guadalajara temporalmente a promocionar unas vitaminas infantiles, y en otra ocasión, aceptó el papel de réferi en una pelea de enanos. Su argumento más sentido y honesto para rechazar cualquier oferta era el de “tengo que cuidar a mi madre; no puedo dejarlasola”. Pepito El Terrestre murió el 15 de octubre de 1973, cuando había alcanzado la fabulosa estatura de dos metros más treinta y cinco centímetros. Su funeral fue singular: Debieron construir un ataúd especial y la carroza que transportó sus restos al panteón realizó el trayecto con la portezuela abierta, porque la caja mortuoria no cupo en su interior. Fue sepultado sin mayores honores, salvo el de aquellos que lo amaron sinceramente. Los periódicos publicaron escuetamente la noticia y los cronistas de la ciudad, empeñados en registrar solo la historia oficial, jamás se ocuparon de su vida.
sábado, septiembre 15, 2007
Si no eres de Tampico, esto no dice nada
Roba vacas, Bonny Boy, Pepito Terrestre, Juancho, Mocorrol, Güeris, Porvenir, Tintorera, Cascajal, Casa del pastel, Baratero, Rodante, Galaxia, El Morón, René y su hijo Cepillín, Pollo marino, Caballo Bayo, Víctor y Silvia (sombrero balanco sombrero negro) Frecky y El Superespecial de Batman.
jueves, septiembre 13, 2007
LEY ELECTORAL
A mi las nuevas reformas a la ley electoral me bienen güangas. En este medio de comunicación hipermasiva, se segurán cobrando sumas exorbitantes de dinero, no sólo a los partidos políticos, sino a todo aquel que quiera anunciarse.
Ja, agárrate emilito, que dentro de poco amasaré una fortuna tan grande como la tuya.
Ja, agárrate emilito, que dentro de poco amasaré una fortuna tan grande como la tuya.
martes, septiembre 11, 2007
No hubo manera
Pos ayer lo intenté, me cae que lo intenté, pero me fue imposible postear, el servidor de la oficina bloqueó las nuevas entradas a mi blog.
En otra ocasión se hará lo que iba a publicar sobre el teatro Kabuki.
En otra ocasión se hará lo que iba a publicar sobre el teatro Kabuki.
sábado, septiembre 08, 2007
Casi se me olvida
Por poquito y se me pasa cumplir con mi compromiso solidario de publicar todos los días, pero he aquí mi publicación sabatina.
viernes, septiembre 07, 2007
Como si hubiera sido ayer
Cosas de mi infancia que recuerdo con lujo de detalle, como si acabaran de pasar.
- 1972, un departamento en la colonia Narvarte de la Cd. de México, yo era cargado por mi hermana Aída en ese entonces de unos 7 años, quien se recargó en la pared y dijo: ¡Está temblando!
- El 19 de sepriembre de 1972, mi cumpleaños No. 3, recuerdo perfectamente cómo me caí con todo y triciclo nuevecito por unas escaleras metálicas de caracol y fui a dar a un lugar donde una señora gorda estaba tallando ropa en un lavadero.
- Yo llegando a la esquina de mi casa en Tempoal, Veracruz, con una bolsa de canicas que me fui a comprar al mercado: recuerdo afuera de mi casa a toda mi familia histérica buscándome, yo sólo tenía 4 años.
- Sentado en la sala de mi casa en Pánuco, Veracruz, tendría unos 5 años, recuerdo haber visto entrar a mi hermana Flora de 9 más o menos, con el ojo derecho muy, muy morado e increiblemente hinchado, porque le dieron un bataso jugando baseball, un rato después estaba acostada en su cama con un bistec en el ojo y mi papá a un lado de ella cuidándola.
- 1975: Mi hermana Aída abre la puerta de la recámara, y mi pie derecho entra por el espacio que queda entre la puerta y el suelo, resultado: Veo como mi pie está bajo la puerta, pero la uña de mi dedo gordo no. Chorros y chisguetes de sangre. Días después recuerdo estar en la Playa de Tuxpan, Veracruz, con mis padres, arrojando la uña desprendida a una ola.
- Ese mismo año, mis padres se pelearon y tengo muy clara la imagen de mi papá con sus maletas en la banqueta, de noche, despidiéndose de mi madre, y yo gritándole por la ventana que por favor no se fuera. Afortunadamente se quedó y fuimos inmensamente felices muchos años, hasta que él murió en 1998, ahora, que hemos aprendido a estar sin él, seguimos siendo una familia unida y muy feliz.
- La final del mundial Argentina 78, entre el anfitrión y la selección de Holanda, los equipos jugando con manga larga, y millones de papeles de colores callendo a la cancha durante todo el juego.
- 1981, la primera caricatura de los pitufos que vi, se titula ¡Qué horripitufante pajarraco!
Existen muchos más recuerdos, pero después los platicare.
Saludos huastecos.
jueves, septiembre 06, 2007
Stive Irwin
Hace unos días complió un año de fallecido "El cazador de cocodrilos",
aquí un video de su visita a Tampico para estudiar a los cocodrilos que habitan en la laguna del carpintero, situada en plena mancha urbana.
A la salud de webita.
http://www.youtube.com/watch?v=6aGbAbXkHWM
aquí un video de su visita a Tampico para estudiar a los cocodrilos que habitan en la laguna del carpintero, situada en plena mancha urbana.
A la salud de webita.
http://www.youtube.com/watch?v=6aGbAbXkHWM
Cumpliendo con la solidaridad
Dije que me solidarizaba con Webita, que diario publicaría y eso es lo que estoy haciendo
miércoles, septiembre 05, 2007
Solidaridad
En solidaridad con Webita, blogera de Chihuahua, amiga del Kabeza y de la raza de aquellos lares, este blog entra en huelga japonesa, es decir, diario publicará lo que sea, pero publicará. Lo que le hicieron a esta chava no tiene nombre, bueno sí, se llama hijodelachingadez. No lo sé bien, pero por publicar algo en su blog -SU PÁGINA PERSONAL, DONDE PUEDE PUBLICAR LO QUE LE DE LA GANA- la despidieron de su jale. Por lo tanto, ella se verá en la necesidad de hacer privado su blog, y con ello, no permitir que sus ideas lleguen a quienes leemos cotidianamente lo que a ella le da la gana de compartir con nosotros. Este espacio virtual se solidariza con ella.
Ya dije.
QUE CHINGUEN A SU MADRE LOS PATRONES INTOLERANTES Y ABUSIVOS.
Ya dije.
QUE CHINGUEN A SU MADRE LOS PATRONES INTOLERANTES Y ABUSIVOS.
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