En la revista española “Horizonte” de 1922, se publicó un artículo fascinante donde Luis Buñuel define a la orquesta de la siguiente manera:
Violines:
Señoritas cursis de la orquesta, insufribles y pedantes. Sierras del sonido.
Violas:
Violines que llegaron ya a la menopausia. Estas solteronas conservan aún bien su voz de media tinta.
Violoncellos:
Rumores de mar y de selva. Serenidad. Ojos profundos. Tienen la persuasión y la grandeza de los discursos de Jesús en el desierto.
Contrabajos:
Diplodocus de los instrumentos. El día que se decidan a dar su gran berrido, ahuyentarán a los espectadores despavoridos: ahora les vemos oscilar y gruñir satisfechos por las cosquillas que les hacen los contrabajistas en la barriga.
Flautín:
Hormiguero del sonido.
Flauta:
La flauta es el instrumento más nostálgico. ¡Ella que en manos de Pan fue la voz emocionada de la pradera y del bosque, verse ahora en manos de un señor gordo o calvo…! Pero aun así, continúa siendo la Princesa de los instrumentos.
Clarinete:
Es una flauta hipertrofiada. Algunas veces, el pobre, suena bien.
Oboe:
Balido hecho de madera. Sus ondas, profundos misterios líricos. El oboe fue hermano gemelo de Verlaine.
Corno Inglés:
Es el oboe ya maduro, con experiencia. Ha viajado. Su exquisito temperamento se ha tornado más grave, más genial. Así como el oboe tiene quince años, el corno tiene treinta.
Fagot:
Los fakires de la orquesta son los fagotistas. A veces miran el tremendo reptil que tienen entre sus manos y que les enseña su lengua bífida. Una vez hipnotizado, le acuestan en sus brazos, y se quedan extáticos.
Contrafagot:
Es el fagot del terreno terciario.
Arpas:
Balcones dorados por donde unas señoritas endomingadas asoman sus bustos
Xilófono:
Juego de niños. Agua de madera. Princesas tejiendo en el jardín., rayos de luna.
Corno Francés:
Ascensión de una cumbre. Salida del sol. Anunciación. ¡Oh! El día que se desenrollen como un “mata-suegras”.
Trombones:
Temperamento un poco alemán. Voz profética. Sochantres de vieja catedral con hiedras y veleta mohosa.
Tuba:
Dragón legendario. Su vozarrón subterráneo hace temblar de espanto a los demás instrumentos, que se preguntan cuándo llegará el príncipe de bruñida armadura que los liberte.
Platillos:
Luz hecha añicos.
Triángulo:
Tranvía de plata por la orquesta.
Tambor:
Truenecillo de bambalina. “Algo” amenazador.
Bombo:
Obcecación. Grosería. Bom. Bom. Bom.
Timbales:
Odres de aceitunas sonoras.
2 comentarios:
Qué chida es la orquesta... y qué chido el acordeón, el piano, la armónica... qué chido bbaaaaaiiilaaar y qué super chido cantar cuando te sabes la canción
besos musaraños
Gracias Hechicera, eres la única que peló al gachupincillo. Besos desde aquí hasta guanatos
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