Sus labios, otrora delgados y frágiles,
están inyectados,
inflamados por la pasión del beso lascivo.
El cabello muy negro y revuelto,
delata los restos de una batalla furiosa.
Su cuello, su pecho desnudo y sus ojos
son manifiesto del más magnífico cansancio.
Su mirada, la de la reina de la libido
tras recibir el más húmedo y lácteo tributo
de su fiel subdito.
Y como fondo,
el traidor,
el delator color mostaza
del tapiz de mi sofá.
1 comentario:
qué barbie
Publicar un comentario